Huancayo, Peru [a Nice Place to See, or Even Retire] NOW in English and Spanish
Everyone is going to say: “Now where is this place?” It is the best hidden secret in Peru. But first let me state, of all the places I’ve been to in the world, there are about six or seven places I could live: Paris being one [just overlook the French people, wish they were English]; Lisbon, being two; Kyoto being three [my wife is jealous of the Japanese women though]; Seville, Spain [home to Hercules] being four; St. Paul, Minnesota [home to the poet Longfellow, and the novelist F. Scott Fitzgerald] being five; and Peru [home to Ricardo Palma, the Mark Twain of Peru].
In Peru there are three places I can live: Lima, Cuzco, and Huancayo. But the best place of them all is Huancayo, which has a beautiful twilight; the sunsets, like a canopy over the Mantaro Valley and like a shooting flame, it lights up everything; and the Laguna de Paca, the beautiful lake nearby, with its full moon, is enchanting; and its Sunday market, and all the vendors with their assortment of foods. If a retired American cannot live here on his little Social Security, he can’t live anywhere else in the world cheaper, with such culture, climate and scenery; not to mention, but I will, its great food variety, and hospital people; and a nearby hospital for those whom are elderly. They are not like most of the world: take the American dollar, and spit at them as they walk out their door. Yes, I’m afraid that is what you will see if you travel the world; Europe being top dog in this department. Go where you like, but live where you’re respected. And Peru is one place, and surely Huancayo. In Peru, police protect Americans, and for some odd reason trust them. My advice to them is not to be so trusting of us, we are not all as you would have us be. There is an old breed still like that, but few of us left. They got this idea, that what we say is written in stone, and it used to be; but nowadays it seems the stones are made out of mud, not granite like they used to be. I repeat myself, there still is a string of this cultural fiber left, but it is thin. But in Huancayo the people are gracious people, and the Andes are spectacular. And Huancayo has its nose right in it.
If you’re looking for McDonalds, stay in Lima, I like Lima, it is the New York of South America, and every time I go to have lunch at El Parquetito in Miraflores, I have to take a taxi, it only cost two dollars or so, but it is too difficult to drive there—unless you’re the Road Runner. In St. Paul, everyone drives like old ladies, they should go to Lima, but don’t drive, forget driving; you’ll kill yourself, get a taxi or take a bus. Cuzco is beautiful, and Machu Picchu is number seven on my top ten list, and it has the Sacred Valley, but it cannot compare in beauty and serenity to the surroundings of Huancayo, and San Jeronimo with its Mantaro Valley, and little adobe church, San Sebastian, where legend has it, Catalina Wanka hid her treasure of gold, she was bringing down through the Andes for the release of the Inca King, Atahualpa, whom the Spaniard killed, and lost the gold—indeed they did, they liked blood better I guess.
Spanish Version Translated by Rosa Peñaloza
Huancayo, Perú (un Lugar Bonito para Visitar, o incluso para Radicar)
Todos estarán diciendo: ¿”Ahora dónde está este lugar?” Este es el mejor lugar ocultado en Perú. Pero primero déjame decir, que de todos los sitios en los que he estado en el mundo, hay aproximadamente seis o siete sitios donde yo podría vivir: París, siendo uno [solamente pasa por alto a los franceses—desearía que ellos fueran ingleses]; Lisboa, siendo el segundo; Kyoto, siendo el tercero [aunque mi esposa es celosa de las mujeres japonesas]; Sevilla, España [la casa de Hércules] siendo el cuarto; San Pablo, Minnesota [la casa del poeta Longfellow y el novelista F. Scott Fitzgerald] siendo el quinto; y, Perú [la casa de Ricardo Palma, el Mark Twain de Perú].
En Perú hay tres sitios donde puedo vivir: Lima, Cuzco y Huancayo. Pero el mejor lugar de todos ellos es Huancayo, que tiene un crepúsculo hermoso, las puestas del sol, como un pabellón sobre el Valle del Mantaro, y como una llama punzante este ilumina todo; y la Laguna de Paca, un cercano lago hermoso, con su luna llena, es encantador; y su Feria Dominical, y todos los vendedores con sus surtidos de productos de alimentación. Si un americano jubilado no puede vivir aquí con su pequeña pensión, él no puede vivir en ninguna parte en el mundo más barato, con tal cultura, clima y paisaje; sin mencionar, pero lo voy a hacer, su gran variedad de alimentos, y la gente muy hospitalaria; y un hospital cercano para los que son ancianos. Ellos no son como la mayoría del mundo: que toman el dólar americano, y los escupen mientras ellos salen de sus puertas. Sí, me temo pero esto es lo que verás si viajas alrededor del mundo; Europa siendo el peor de todos en esta área. Anda a donde te guste, pero vive donde eres respetado. Y Perú es uno de los lugares, e indudablemente Huancayo.
En Perú, la policía protege a los americanos y por alguna rara razón confían en ellos. Mi consejo a ellos es de no ser tan confiados de nosotros, todos no somos lo que ustedes creen que somos. Hay una vieja clase todavía de esa forma; pero somos pocos los que quedamos. Ellos tienen la idea, de que todo lo que decimos está escrito en piedra, y esto solía ser; pero hoy día parece que las piedras son hechas de fango, no de granito como frecuentaban ser. Me repito, hay todavía una cuerda de esta fibra cultural, pero muy delgada. Pero en Huancayo la gente es generosa, y Los Andes son espectaculares. Y Huancayo tiene su nariz directamente en este.
Si estás buscando Mc Donalds, quédate en Lima, me gusta Lima, ésta es la Nueva York de Sudamérica, y siempre que voy a almorzar en El Parquetito en Miraflores, tengo que tomar un taxi, que sólo cuesta dos dólares o algo así, pero es muy difícil conducir allí—a no ser que seas el Corredor del Caminos. En San Pablo, todos conducen como viejas damas, ellos deberían ir a Lima, pero no conducir, olvídense de conducir; se matarán si lo hacen, consigan un taxi o tomen el autobús.
Cuzco es hermoso, y Machu Picchu es el número siete en mi lista de los diez primeros lugares, y éste tiene el Valle Sagrado, pero esto no puede compararse con la belleza y la serenidad del entorno de Huancayo, y San Jerónimo con su Valle Mantaro, y su pequeña iglesia de adobe, San Sebastián, donde la leyenda dice que Catalina Wanka ocultó su tesoro de oro, tesoro que ella traía a través de los Andes para la liberación del Rey Inca, Atahualpa, a quien los españoles mataron, y perdieron el oro—en efecto ellos lo hicieron, les gustó la sangre más que el oro, creo.
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